
Los métodos tradicionales de educación y formación se han vuelto ineficientes para nuestro mundo globalizado y lleno de tecnología. La forma, y sobre todo la velocidad con la que avanza la distribución de información a nivel global hacen que exista una brecha muy grande (y con tendencia al crecimiento) entre la formación de la gente y las necesidades de conocimientos reales que existen en las organizaciones.
Hasta no hace mucho tiempo, la gente se formaba a través de contenidos (libros, videos, etc.) que habían sido previamente desarrollados, revisados, aprobados y luego finalmente públicamente distribuidos. Hoy la gente esta creando y distribuyendo sus propios contenidos o interactuando con contenidos disponibles en la web. Además de aumentar exponencialmente la cantidad de información disponible, la misma cuenta con una actualización casi en tiempo real.
Además de la problemática particular de los contenidos, existe otro gran problema y es el tiempo que está tomando a educadores e instituciones educativas (de diferentes niveles) integrarse a esta revolución de la información global. No existe cantidad suficiente de educadores que tengan los conocimientos tecnológicos necesarios como para distribuir de una nueva forma los conocimientos.
Un tercer punto crucial y con el cual nos encontramos a diario en nuestras organizaciones clientes es el largo tiempo que lleva formar profesionales capacitados en los nuevas tecnologías disponibles para las diferentes industrias. Por último, pero no menos importante, está el costo económico de la formación, el cual ha ido incrementando de manera sistemática hasta volverse inaccesible para la mayoría de la población mundial.
En el caso de Estados Unidos, el costo de una carrera formal ha aumentado casi un 25 % en los últimos 5 años.
Tomando en cuenta los puntos anteriores, hoy en día contamos con un modelo educativo con contenidos desactualizados, lento y muy costoso. Sin duda alguna existen tanto organizaciones educativas como profesionales que están llevando adelante programas de investigación para actualizar los modelos educativos, sin embargo, el tiempo sigue pasando y la brecha entre la educación y la tecnología se sigue incrementando de forma exponencial.
Es necesario contar con programas de democratización de la información de manera urgente y modificar formalmente la manera como se forma a los estudiantes en la actualidad. Solamente de pensar que un estudiante que termine su educación secundaria debe esperar en promedio de 5 a 7 años para contar con «conocimientos formales y certificados» es absurdo. Sin duda alguna, la práctica es necesaria en cualquier disciplina para lograr consistencia y resultados, sin embargo la misma debe comenzar mucho antes.
Muy complicada será la situación para aquellas personas que no puedan adquirir «conocimientos especializados» o «mantenerse actualizadas» en su área, el conocimiento básico y general será desplazado por el conocimiento especializado cada vez más , y, en un mundo globalizado y con alto desempleo (aquellas personas sin conocimientos especializados) irán perdiendo protagonismo y posibilidades de empleo como podemos ver en el ejemplo de Australia.
Resumiendo todo lo anterior, nos encontramos con mejoras radicales diponibles para modelos educativos en cuanto a:
Costo
Accesibilidad
Calidad
¿Por qué no va a cambiar?
«The illiterate of the 21st century will not be those who cannot read and write, but those who cannot learn, unlearn, and relearn.»
Alvin Toffler